El WinAmp y unos pequeños cascos hacen que Luis Eduardo Aute cante a mi odio:

“Anda, deja que descubra los montes de tu mapa, la concupiscencia secreta de tu alma y ven a mis brazos, dejemos los datos, seamos un cuerpo enamorado.”

La concupiscencia resuena en mi cabeza. Que palabra más bonita. El apetito desordenado de placeres deshonestos de tu alma. Quien no tiene un alma con ese deseo.

Concupiscencia

1. f. En la moral católica, deseo de bienes terrenos y, en especial, apetito desordenado de placeres deshonestos.

Y para quien quiera escuchar la canción, quizás descubráis vuestra concupiscencia:

Vía: RAE.

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