Ayer fue uno de esos días en los que te levantas y te miras al espejo intentando descubrir si te ha cambiado algo. Pero todo sigue igual. Bueno, el pelo empieza a caerse, estás más gordo que nunca, la digestiones se convierten en pesadas y las resacas empiezan a alargarse más de lo debido. El inexorable paso del tiempo.

No se si se me olvida algo por hacer. Seguro que si. Pero, aunque se pueda hacer, no volverá a ser lo mismo. No importa, puedo decir que me lo he pasado bien.

Me gusto lo que me dijo mi padre. Has cumplido un tercio de tu vida, el siguiente tercio te lo pasarás currando y el último tercio disfrutarás.

Pero no todo son quejas. Estos días (nunca todo el mundo te felicita el día en cuestión) son en los que compruebas la cantidad de amigos que tienes, los que en el fondo están ahí. Da igual que pase el tiempo sin mantener con ellos el contacto. Tres minutos hablando por teléfono te colman de felicidad.

Ahora solo queda mirar adelante, afrontar cada nuevo día y disfrutar de lo que nos rodea. Además, tengo 366 días para disfrutar de los 30 años. Y estos empiezan hoy…

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Actualizado: 5-diciembre
Como bien me han puntualizado, el 2008 es bisiesto, así que, tengo 366 días por delante y no 365 como aparecía al principio.

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